A continuación se presentan los ensayos referentes a la lectura del texto: "Ética para Amador" del autor Fernando Savater.
1.- Paula Beláustegui:
Introducción
En
la vida estamos constantemente tomando decisiones acerca de múltiples cosas y
situaciones, pero la cuestión es: ¿cómo saber cual es la mejor opción?, para
lograr esta respuesta aparece la ética. No obstante, muchas veces nos preguntamos:
¿qué es la ética?. La ética se define como una rama de la filosofía que estudia
la moral y las obligaciones del hombre, sin embargo, para Fernando Savater,
autor de ética para amador, es considerada como el “arte de saber vivir”.
El
libro consta de 9 capítulos y el autor lo escribió para su hijo Amador, por lo
mismo, utiliza un vocabulario bastante simple y abundantes ejemplos, los cuales
logra relacionar con distintas situaciones de nuestra vida. El texto no se considerarse
un libro convencional o manual de ética ya que no expone todos las teorías,
conceptos o definiciones que se tienen acerca de esta, sino más bien es como
una “conversación” entre el lector y el autor, donde el escritor muestra humor,
ironía y diversas historias en su discurso que hace que sea más factible y
amena su lectura.
Savater
nos expone diversos temas relacionados con la ética, como la libertad,
humanización, lo bueno y malo, entre otros. Cabe destacar que el autor no
intenta que pensemos igual que él (aunque en ocasiones puede que lo parezca),
sino más bien intenta proponer una perspectiva diferente de observar las cosas
y de saber como actuar frente a las múltiples situaciones que puedan ocurrir en
la vida cotidiana. Es un libro de amplia interpretación, donde se propone que
cada uno haga una reflexión personal acerca de todo lo expuesto. A
continuación, se hará una síntesis y análisis personal del texto.
Síntesis
El
texto de Savater, expone diversas aristas de la ética. Nos habla de temas como
la libertad, la relación con los demás, lo que es o no bueno, entre otros, relacionándolos
todos con la ética y entendiendo esta
como el “arte de vivir”.
En
la vida siempre estamos eligiendo una cosa o la otra y hay ciertas cosas que
podemos considerar buenas y malas, no obstante, no siempre lo bueno para una
persona es bueno para la otra y viceversa.
La
situación de poder optar por esto o lo otro es lo que el autor considera como
la libertad. Por un lado, el escritor expone que ninguna persona puede
liberarse del hecho de elegir sus acciones lo quieran o no, y aún el hecho de no
querer elegir nada, es una decisión que se toma libremente: se está optando por
la opción de no elegir. Cabe destacar, que estas decisiones que se toman
constantemente tienen que tener jerarquía de prioridades, para que después, en
lo posible no arrepentirse de la decisión que se escogió. Por otro lado, habla
de que si bien somos libres al tomar una opción u otra, no somos libres de lo
que nos pasa, es decir no podemos controlar los factores externos, pero el como
nos enfrentamos y respondemos frente a algún problema pasa a ser decisión de
cada uno. No obstante, las personas no están todo el día pensando lo que les
conviene o no conviene hacer, existen ciertas cosas que se hacen porque si. A
esto, se les conoce como motivos, que corresponden a las costumbres, órdenes y
caprichos que todos tenemos. El autor explica que no porque una conducta sea
una orden, costumbre o capricho tiene que ser buena y por lo mismo, hay que
saber elegir lo más adecuado. Con esto, Savater llega al tema de la moral,
entendiéndola como el conjunto de normas, comportamientos, acciones, etc., que
las personas consideran válidas. Profundiza también sobre lo subjetivo que es
considerar a una persona “buena” o “mala” debido a que todo depende de las
intenciones y la situación en la que se encuentre. Por esto, en el libro se
resalta que siempre es necesario ponerse en el lugar del otro ya que muchas
veces nos dejamos llevar por la primera impresión y juzgamos injustamente.
Algo
que destaca es la humanización, entendiéndolo como un proceso recíproco y sin
el cual no podríamos vivir bien, ya que todas las personas necesitamos de otras
personas. Es por esto, que se resalta que hay que tratar a las personas como
humanos y no como cosas.
Finalmente,
Savater nos habla de los placeres, política y de no ser imbéciles, tomando este
último concepto como el hecho de carecer de conciencia y por lo tanto necesitar
apoyo moral.
Análisis
En
el libro se plantea el ver la ética como un “arte de vivir bien”, pero la
pregunta que muchos nos hacemos es: ¿qué es vivir bien?, ¿cómo se puede vivir
bien?, ¿hay alguna receta para ser feliz?. Al analizar esto, llego al hecho de
que no existe receta o pasos a seguir que nos digan como “ser feliz”. Lo que si
está claro es que no somos máquinas programadas, cada humano tiene un concepto
de “vivir bien” distinto del otro y eso es justamente lo que nos diferencia.
Mas, creo que cada uno de nosotros tiene una meta o misión que cumplir en la
vida, pero el como llegar a ella es nuestra elección. Es aquí donde aparece
algo realmente relevante que es la libertad, pero: ¿qué es la libertad?, ¿somos
realmente libres o no?. A la respuesta que llego con esto es que todo es
relativo.
Estoy
de acuerdo con el autor que es verdad que muchas veces no elegimos lo que nos pasa,
pero si decidimos la manera de reaccionar frente a lo que nos pasa. Somos libre
de decidir la forma en que afrontamos la vida y como seleccionamos aquello que
queremos. Sin embargo, creo que no siempre somos libres, partiendo por el hecho
de que nadie nos pregunto si queríamos venir o no a la vida, es decir, si
queríamos o no nacer. A pesar de eso, ya estamos aquí y nos encontramos con que
también nuestra libertad tiene limitaciones: ¿somos verdaderamente libres
cuando nos encontramos frente a situaciones en las cuales hay que elegir una
opción, pero ninguna de las opciones que se nos presentan nos satisface?. En
estos casos, según mi opinión, si bien se tuvo la oportunidad de elegir esto o
lo otro, no se fue totalmente libre ya que no se quería ninguna de las
opciones. Asimismo, tampoco somos del todo libre en el sistema en el cual
estamos inmersos. La sociedad en la que vivimos, si bien no es responsable de
mis elecciones personales y más intimas, afecta al momento de decidir algo, ya
sea directa o indirectamente, porque querámoslo o no, estamos dentro de esta
estructura de vida, donde nuestros actos son categorizados como “buenos” o “malos”
y todos traen consecuencias “buenas” o “malas”. Además, desde que nacemos,
estamos condicionados a cierta forma de vivir, a estudiar, a seguir un patrón
que la sociedad considera bueno y/o apropiado y si nos salimos de este, estamos
mal encaminados o somos “malos”. Es aquí cuando llegamos a otra interrogante:
¿qué es lo bueno o malo? ¿qué es ser un hombre bueno?. Desde pequeños nos
enseñan que ciertas cosas son buenas y otras son malas y tratan de que seamos “buenas
personas”, pero a mi parecer, todo depende de la situación, del contexto, las
intenciones que se tengan y del objetivo que se quería lograr con lo hecho,
etc. Por esto, hay que saber ponerse el lugar del otro, tratar de entenderlo, aunque
estemos en total desacuerdo con su actuar o elección.
Algo
que hay que tener en cuenta al tomar una decisión es saber lo que realmente se
quiere y las consecuencias que pueda traer mi decisión, ya que muchas veces
pasamos a llevar a terceras personas e incluso a nosotros mismo con o sin
quererlo. Es aquí cuando tenemos que saber responsabilizarnos de nuestras
conductas y aprender de ellas.
A
mi juicio, las relaciones que se tienen con las personas son como un “trato”: “yo
seré contigo como espero que seas conmigo”, “yo te voy a tratar bien porque
quiero y espero que tu me trates bien”. Sin embargo, hay que tener en cuenta
que muchas veces lo yo considero bueno, es malo para el otro y mi forma de
tratar bien, quizás sea una mala forma para otro. A pesar de ello, creo que hay
que buscar la forma de estar bien, en paz con uno mismo, respetar y tratar de
no pasar a llevar a nadie. Al fin y al cabo el mundo es redondo, la vida es
cíclica, todo cae por su propio peso y todo se devuelve de alguna manera. Creo
que cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da y viceversa. Por lo
mismo hay que obrar de la mejor manera e ir creciendo cada vez más como
personas.
Para muchos, ser feliz y tener una buena vida sería
tener arto dinero y muchas veces se envidia a quienes tienen más que uno en
cuanto a lo material, no obstante, creo que a quien realmente se debe envidiar
es a las personas que se encuentran realmente bien por dentro, sea cual sea su
situación económica, porque son esas personas las que generalmente son
realmente felices con ellos mismos y con lo que los rodea. La vida no consiste
solo en adquirir cosas, la buena vida va también en el hecho de establecer
relaciones con los demás. Las personas necesitamos de otras personas para estar
bien, necesitamos cariño, amistad, etc. Tenemos que saber respetar y valorar a
cada persona por muy distinta que sea de nosotros. Hay que saber tratar a las
personas como seres humanos, con dignidad, con respeto, ya que solo en contacto
con el prójimo podemos desarrollarnos y hacernos personas. El saber tratar y relacionarse
con los demás es algo esencial y nos ayudará en nuestra labor que tendremos
como fonoaudiólogos, debido a que trabajaremos con personas que necesiten de
nuestra ayuda y nuestro apoyo.
Como dice el libro, hay que tener sentido moral, saber
como actuar bien y ser responsables en todo ámbito. Como futuros profesionales,
esto es sumamente importante, ya que estamos a cargo del bien estar de una
persona que llega a nosotros en busca de ayuda para algún problema o trastorno
que muchas veces puede acomplejarlo. Es aquí, cuando tenemos que saber
mostrarle que tiene que saber disfrutar de los pequeños placeres que le da la
vida día a día (como lo menciona Savater), que “su problema” no lo es todo y
muchas veces tiene una solución más simple de lo que cree.
Finalmente considero que la vida y la ética es todo
lo mencionado y mucho más.
Conclusiones
Ética
para Amador, tiene el propósito de mostrarnos una visión diferente de ver la
ética, que es una herramienta que utilizamos a diario y nos guía constantemente
en nuestras acciones y decisiones.
El
texto me hizo reflexionar cosas que normalmente no pensaba y creo que es
justamente la reflexión personal una de las cosas más relevantes y
enriquecedoras que nos deja este mismo, donde los temas tratados relacionados
con la ética, nos sirven y servirán, tanto para la vida personal como
profesional.
Creo
que nos hace falta sentarnos y reflexionar sobre nosotros mismo, darnos cuenta
que hacemos, como estamos viviendo y lo más importante para donde vamos y como
es que queremos vivir, ya que vivir no es una ciencia que se pueda estudiar
exactamente. Con esto me refiero a que no existen respuestas, ni decisiones que
sean las exactas para cada ocasión, sino que cada individuo debe encontrar su
arte de vivir, lograr su manera de vivir bien y eso es justamente lo que la
ética nos propone. Lo que esta claro es que no podremos saber nuestro “arte de
vivir” si no la descubrimos por nosotros mismos, y debido a que siempre estamos
descubriendo cosas nuevas, ese “arte de vivir” la iremos aprendiendo día a día,
a lo largo del transcurso de nuestras vidas y de nuestra existencia.
Lo
que nos expone el autor es algo sumamente fácil de entender, pero difícil al
momento de ponerlo en práctica y es ahí donde debemos esforzarnos.
Por
mi lado, llevaré a cabo, practicaré y comprenderé estas nociones a mi manera,
siempre teniendo en cuenta algo que bajo mi punto de vista es esencial: el ser
persona y humano ante todo. La vida es una sola y todos estamos involucrados en
ella.
2.- María Esperanza Campos:
Introducción
La
ética es un concepto que muchas veces resulta confuso o difícil de comprender, pero
básicamente se trata de averiguar el porqué de lo que hago o lo que yo
establezco como mi moral y se enfoca en cómo vivir bien. El ser humano posee
una cualidad que lo hace único que es el poder decidir frente a la situaciones
que se le presentan en la vida, nunca tiene una opción para elegir, por el
contrario, posee un abanico que dependerá finalmente de lo que desee. Además
puede cambiar su destino en cualquier momento ya que muchas veces resulta ser
impredecible. Existen muchas interrogantes de cómo vivir la vida de buena
manera pero lo cierto es que eso no tiene una respuesta concreta, depende de
cada persona, de sus experiencias y sus perspectivas frente a la situaciones
que se presentan en el transcurso del diario vivir. Cada persona es única e
irremplazable pero hay algo muy importante dentro de todo esto que es la vida
en relación con el otro, con los demás, con los que se encuentran en nuestro
alrededor que de una u otra forma se hacen parte de nuestro mundo ya sea de
manera positiva o negativa, pero que al final nos conducen a acertar o equivocarnos
en la elecciones que hacemos. Es en este texto donde el autor Fernando Savater
plantea lo que es la ética, y lo relaciona desde de diferentes enfoques y
aristas con la libertad, la buena vida, la toma de decisiones, la moral y la
justicia, estableciendo variadas interrogantes que incitan al lector a
reflexionar y comprender su verdadero significado. A continuación a partir de
todo lo señalado anteriormente se presentará una síntesis, análisis personal y una conclusión de este libro, que enseña lo
que es la ética y su aplicación a lo largo de la vida, incitando siempre a la
reflexión profunda del lector.
Síntesis
del libro
Al
comienzo de este libro el autor plantea que existe la voluntad, la que
prevalece siempre al elegir si hacer algo o no. Existe la posibilidad de elegir
a algo que no está presupuestado porque somos libres de optar de distintos
modos a lo que nos sucede, pero esta libertad de elección también puede hacer
que nos equivoquemos. Al hacer esto estamos eligiendo en parte como queremos
vivir la vida, o el significado de ética que es saber vivir. No somos libres de
decidir lo que nos pueda ocurrir pero si la manera de afrontarlo, muchas veces
esta reacción ocurre de forma automática sin pensar en la razón o el motivo
que hace que tomemos tal determinación.
En este motivo intervienen tres factores, que son las órdenes y costumbres y el
capricho. El autor explica que estos motivos sirven para obrar bien pero hay
veces que no son necesarios para ver si algo nos conviene o no, entonces es
necesario que razonemos por nosotros mismos.
Es así como la moral se hace presente, pero es necesario hacer una
reflexión al respecto de por qué sus principios se aceptan como válidos, que es
de lo que se trata la ética. El ser humano tiene la responsabilidad de ir en
búsqueda de la buena vida humana que tiene como
base la relación que se establece con los demás principalmente a través
del lenguaje. Existe un proceso recíproco que es la humanización para poder
hacerse humano y darse la buena vida que en fondo se reduce a dar la buena
vida. Hay una condición ética que consiste en aceptar vivir de cualquier modo a
pesar de las complicaciones, de rodearse de afectos que se dan al tratar a los
demás como personas y no como cosas porque la buena vida requiere de ellos y
además de la conciencia de que no todo da igual. La única obligación que
tenemos en la vida es el de no ser imbéciles esto referido a el hecho de tener
que apoyarse en algo externo dejando de lado lo fundamental, que es la
libertad. Algo importante para este autor es la buena vida que hay pero entre
humanos y en este se debe aplicar la empatía con el otro y reconocerlo como
semejante actuando con justicia. Hay que saber disfrutar la vida sin dejarse
influenciar, apostando siempre porque esta vale la pena, porque así se pueden
alcanzar los placeres que se deben poner al servicio de la alegría, para poder
obtenerla. La ética y la política de un modo pueden ser semejantes porque
buscan vivir la buena vida pero esta última lo que hace es limitar las
libertades de los demás siendo contrario a la ética que lo busca es poder
elegir. La vida tiene un sentido único que se lo da cada individuo y siempre va
hacia adelante.
Análisis
Al
leer este libro debo confesar que no tenía muchas expectativas debido a que no
entendía bien de qué se trataba la ética, poco a poco fui comprendiendo y
dándome cuenta que esta es mucho más que un simple concepto y que es necesario
mirar más allá para entenderla. A medida que fui avanzando me di cuenta que
cada cosa que este libro destacaba me hacía sentido, sobre todo esa búsqueda
constante entre los humanos, el de vivir la buena vida. Todo lo que hacemos
siempre tiene un solo objetivo que es el de poder acertar, siempre esperamos
que todo salga como lo hemos presupuestado pero ahí está el error, el de cuánto
pesa el miedo a perder, porque ese sí es un gran problema, el de no estar
dispuestos a vivir la vida con lo que venga, diría más bien mi problema, porque
a veces el miedo se hace más fuerte que del pensamiento de que todo va a salir
bien o el de estar dispuesta a afrontar lo que ocurra, cuando debería pensar
que a pesar de errar en algún momento, esto finalmente queda como lección y
aprendizaje de vida. En las elecciones que hacemos no estamos solos, si no que
por el contrario estamos rodeados de gente que nos nutre, nos influye, nos
brinda afectos, ese otro al que debo ser capaz de mostrarle lo que puede
esperar de mí. Es aquí donde se me vino a la mente el rol que como una futura fonoaudióloga
en formación debo tener presente, el de considerar al otro como persona y no
como una cosa, porque seremos expertos en comunicación que es lo esencial para
poder empatizar y relacionarse con el
otro y hacerlo sentir que vale, transformándose en un proceso recíproco de
mutuo aprendizaje. Algo que me ha
costado siempre es el tolerar la frustración, pasamos la vida quejándonos de
que todo pudo ser distinto pero con el paso del tiempo he aprendido que la
pregunta no es ¿por qué a mí? Si no es ¿por qué no a mí?, creo que el ser capaz
de responder a esta última lleva un proceso y quizás un cambio de
mentalidad que significa dejar de lado
los temores que muchas veces nos rodean y poder decir, si a mí me pasó es
porque soy lo suficientemente fuerte para afrontarlo con todas las
consecuencias que pueda traer. Creo eso
sí que para poder llegar a la buena vida como lo dice este autor, es necesario
tener de dulce y agraz a eso me refiero que no podemos encontrarle sentido y
sentido positivo si no sabemos lo que es tener que pasar los obstáculos que se
atraviesan en el camino , o mucho peor, tener todo sin esfuerzo, porque eso es
lo que al final nos ayuda a poder descifrar o encontrar sentido a todo lo que
hacemos y también nos ayuda a querernos a nosotros mismos, a poder valorarnos y
darnos cuenta de todo lo que podemos lograr. Así la vida nos pone a prueba y
nos sorprende. Algo que me llamó bastante la atención fue el capítulo donde
hablaba de ser imbécil ya que me sentí bastante identificada con algunas de sus
clasificaciones, sobretodo en un momento concreto de mi vida que fue cuando
salí de cuarto medio. Viví momentos
angustiantes porque no sabía qué hacer con mi vida, ni que decisión
tomar, me molestaba el hecho de sentirme influenciada por mis papás coartándome
a mí misma de decidir lo que yo quería de corazón. En la parte del capítulo que más me
identifiqué fue cuando leí lo que decía el imbécil que cree que lo quiere todo
lo que se le presenta y a la vez lo contrario, porque en eso momento tenía dos
posibilidades, quedarme en mi casa en una carrera que no me convencía del todo
pero había algo que me hacía dudar de rechazarla que era la opción de quedarme
con mi familia y mis amigos cerca. Y la otra era la de cambiarme de ciudad, en
una carrera que conocía un poco más, pero lejos de todas las personas que eran
importantes para mí. Fue una decisión que me llevó bastante tiempo tomarla,
porque le daba vueltas y vueltas pero creo que logré dejar la imbecilidad de
lado y me dije a mí misma que era el momento de crecer y ponerme a prueba a pesar
de que sabía que por un lado me iba a doler por tener que dejar a tanta gente
especial, pero por el otro significaba tomarlo como un desafío que con el paso del
tiempo y me siento muy feliz de decirlo lo logré, dejando los miedos y el
menospreciarme con esa típica frase de sentir “que yo no me la pude”, me
sorprendí de mí misma y además lo que más destaco es que fue un proceso de
autoconocimiento. Esto significó una lección de vida en la que tuve la
libertad, pero que al tenerla también debía hacerme cargo de las consecuencias
que esta podría traer consigo, la vida es atreverse, la vida es como un
carrusel en el cual no existe la posibilidad de bajarse porque sigue y sigue y
el que se queda estancado sufre, por último el que se equivoca queda con la
sensación de que lo intentó. La mayoría de las personas solemos tener
prejuicios ante algo o alguien porque lo sentimos ajeno, pero al hacer esto no
le brindo la opción de conocerlo realmente como es apartarlo de mi vida, es acá
donde se transgrede la frase que dice que uno debe intentar ponerse siempre en
el lugar del otro, ya que no le doy la opción de cambiar en mí lo que pienso.
Quizás es lo mismo que me pasó al principio con la ética, yo llena de prejuicios
pensando que era algo fome y que no me importaría, pero todo lo contrario, logró
sorprenderme y generar en mí muchas reflexiones que espero aplicar en el
futuro, porque la vida cambia en cada minuto y debo siempre estar en armonía
con los demás y conmigo misma.
Conclusión
A
modo de conclusión me quedo con la idea de que la libertad más que permitir
tener un abanico de opciones, significa hacerme responsable y asumir las
consecuencias de todas las determinaciones que yo tome en la vida, a pesar de
que la sociedad muchas veces se interponga en ella. Relacionándolo con respecto
a mi labor como futura fonoaudióloga rescato principalmente el tener que ser
empática con el otro, y jamás subestimarlo, para que así yo pueda entregar lo
mejor de mí y recibir lo mismo de vuelta. Ser fiel a mi ética y velar por
entregar al otro el mejor tratamiento, respetando su dignidad por qué esa
persona busca en mí una esperanza, una ilusión que yo debo ayudar a que esa
persona la encuentre pero en sí mismo. Creo que este libro me hizo replantearme
muchas cosas a las que jamás le había dado vueltas, hechos mi vida personal que
a veces no fueron fáciles pero que sirvieron de experiencia para poder crecer,
y enfrentar la vida dejando la cobardía de lado, dándole espacio al coraje.
Puedo decir también que con esta lectura logré generar mi propia ética que sé
que un futuro me ayudará para tomar buenas decisiones, que jamás debo dejar que
otros decidan por mí, que debo perseguir mis ideales, y tratar de enfrentar con
ánimo las adversidades de la vida. Al fin y al cabo la vida es un rompecabezas
que hay que tratar de armar de a poco, nunca en soledad, si no que con la ayuda
de las personas que nos rodean porque ellos nos ayudan a descubrir en parte lo
que somos o sentimos ser, porque nos complementan y nos dan felicidad, esa
felicidad única porque es compartida y que además es imposible de conseguir con
cosas materiales. Ahora tengo muchas inspiraciones que me servirán para
enfocarme en lo que realmente importa: vivir la buena vida.
3.- Katherine Catejo:
Introducción
Ética
para Amador, es un texto que busca formar una visión acerca de conceptos como
la verdad, la libertad y la responsabilidad, mostrando situaciones y conflictos
éticos a los que nos vemos enfrentados en nuestro diario quehacer.
Frente
a estos dilemas es imperante la capacidad de reflexionar sobre nuestras
acciones, recogiendo las propias experiencias, para vivir de una manera
“deliberadamente mejor”. No existe una guía paso a paso sobre cómo actuar
frente a un contexto u otro, pero sirviéndonos de valores y raciocinio es
posible determinar un camino a seguir que no entre en conflicto con los intereses
de otros.
En
lo expresado anteriormente vemos desarrollado el concepto de ética, esta
capacidad de reflexión en nuestro actuar y que está en directa relación con la
moral que son las reglas que rigen el comportamiento, en el texto se contrapone
la propia moral a la moral impuesta por la sociedad. Además, se hace alusión a
los placeres, que se ven limitados en cierta forma por la moral, pero que son
necesarios para alcanzar la felicidad, la que todos buscamos en la vida.
Síntesis
El
texto comienza por explicar que la ética se entiende como las decisiones que
tomamos para construir una buena vida, para esto debemos saber lo que nos
conviene, conocerse a uno mismo y a mundo que
lo rodea. También nos vemos enfrentados a elegir entre lo conveniente y lo
inconveniente, existen fuerzas que influyen sobre nuestras decisiones pero
poseemos la libertad, no de elegir lo que nos pasa, sino de responder a lo que
nos pasa del modo que nos plazca.
Nuestro
comportamiento posee determinadas motivaciones, dentro de ellas encontramos las
órdenes, costumbres y caprichos, todas ellas dependen de las circunstancias a
las que nos vemos enfrentados. Es importante examinar a fondo todas nuestras
motivaciones y ejercer nuestra propia capacidad para inventar y elegir nuevas
posibilidades de manera informada y responsable siempre con vistas a un
proyecto de construcción de una buena vida humana.
Debemos
medir las consecuencias de nuestros actos, y a no acatar mandatos o costumbres
sin hacer una valoración sobre la conveniencia o inconveniencia de los
comportamientos. Este principio nos sirve de guía para inventarnos una forma de
vida en la que nadie elija por nosotros.
La
manera en que nos tratamos los seres humanos es en extremo importante porque
los seres humanos nos humanizamos los unos a los otros, lo que nos conviene
verdaderamente porque no estropea o daña lo que somos, de aquí se desprende el
sentimiento de remordimiento. Además somos capaces de sentir empatía por los
demás.
Otro
eje importante es que un ser libre no siente temor al placer, el placer que le
brindan todos los días las pequeñas cosas que contribuyen a su felicidad, siendo
esta felicidad el fin máximo que buscamos todos los seres humanos.
Análisis
En
la vida, siempre tenemos la oportunidad de decidir hacer las cosas que creamos
sean más convenientes, y esto es basándonos en nuestra propia realidad y en
nuestro propio criterio, no así otros animales quienes nacen “programados” para
cumplir su determinada función en la vida. Los seres racionales podemos elegir
entre hacer o no hacer las cosas, podemos tomar nuestras propias decisiones, a
esto es lo que llamamos libertad.
Las elecciones
que hacemos son en base a lo que nos favorece, siempre tenemos más presente las
cosas que nos convienen, y cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles o muy
importantes tenemos que poner en la balanza qué hacer y con qué fin hacerlo
antes de tomar una decisión, y esto es porque siempre obtenemos un motivo para
hacer las cosas. Los motivos pueden ser generados por nosotros mismos o por
factores externos que influyen en nuestro actuar. Cuando hablamos de libertad,
hablamos de decidir, pero también debemos de estar conscientes de que cosas son
las que uno puede decidir y que no, pueden existir caprichos, órdenes y
costumbres que constituyan motivos adecuados para hacer algo de cierta forma,
pero eso no quiere decir que no estemos expuestos a cometer algún error, ya que
por más que exista un patrón impuesto en la sociedad sobre qué es lo más
correcto a seguir, lo que es un hecho es que nadie puede elegir en tu lugar,
nadie puede ser libre en tu lugar.
Utilizamos
la moral como término para referirnos a esos patrones enmarcados en la sociedad
que establecen ciertas normas que consideramos como válidas, le ética en cambio
son los hechos propiamente tales. La libertad, generalmente es limitada por la
moral, ya que al hacer uso total de la libertad, es decir hacer lo que quieras
en cualquier circunstancia, se romperían varias reglas morales; es por esto que
personalmente se elige la libertad que se crea más conveniente desde la propia
moral. Nuestros actor son netamente responsabilidad propia, pero estos serán
cuestionados por nuestros pares y, al mismo tiempo, nosotros juzgaremos las
acciones de los demás, tal vez de una forma inconsciente pero que forma parte
de las relaciones humanas.
Al
hablar de la moral, muchas veces hacemos más énfasis en los actos considerados
como inmorales, ya que estas resultan más atractivos al momento de juzgar al
prójimo. En la sociedad actual, lo inmoral se ha asociado principalmente al
placer, haciendo de este prácticamente un tabú, restringiéndolo cómo si no
fuera algo propio de la naturaleza humana. Placer no es sinónimo de inmoral:
podemos encontrar placer en cada aspecto de nuestra vida, ya sea en la comida,
en el trabajo, en la familia, en lo sexual, etc. También tenemos la libertad de disfrutar de los placeres de “hoy”, de
todas formas estos se encuentran moderados bajo la propia moral a pesar de la
fuerte presión de quienes dicen llevar su vida solo con actos puritanos y que
obran de guardianes de la moral de sus pares.
Finalmente
lo más válido, según mi opinión personal, el distinguir uso de abuso de nuestra
libertad, ya que esta conlleva una gran responsabilidad, la responsabilidad de
hacernos cargo de nuestra vida y que es tan característica de nuestra
“especie”. Esta es un arma de doble filo pero le da propósito y sentido a
nuestros actos, podemos ir por la vida en búsqueda de la felicidad, pero
siempre debemos tener en cuenta que existen otros que también viven buscando.
La felicidad es el máximo fin, el motivo principal para tomar nuestras
decisiones, nuestra libertad y responsabilidad se ven envueltas en su constante
búsqueda.
Conclusión
Es
posible asociar el texto “Ética para Amador” al rol del fonoaudiólogo, debido a
que como profesionales se ven enfrentados constantemente a dilemas éticos. Es
sabido que para ejercer esta profesión es necesario establecer relaciones
interpersonales, con una gama de personas muy amplia de personas que se encuentran
en cualquier etapa de sus vidas, es por esto que el fonoaudiólogo debe ser capaz
de demostrar empatía al momento de afrontar un nuevo desafío profesional.
Además
de una libertad personal el fonoaudiólogo posee una libertad profesional que lo
hace responsable de otro ser, podríamos decir que esta responsabilidad en
particular es muy importante y frágil, ya que, en el caso de la libertad
personal se trata de no pasar a llevar la libertad de los demás al tomar una u
otra decisión y, si bien, puede afectar a otros quizás no lo hace de forma
directa. Por otra parte en la libertad profesional es necesario incluir los
intereses de otro en nuestras decisiones y estos se verán en conflicto con los intereses
propios al enfrentarse a una terapia.
De
lo anterior se extrae la importancia de la ética en el quehacer de cualquier
profesional, especialmente si se trata de alguien que trabaja en el área de la salud: en la labor de estos profesionales existe
una constante toma de decisiones que involucran a terceros de una forma
directa, y éstas aunque parezcan pequeñas, pueden ser decisivas e influyentes
en la vida de otro ser.
4.- Cristian Galaz:
Introducción
Ética
para amador es un texto que trata sobre uno de los temas más fundamentales para
la existencia humana: la ética. Sin que su nombre lo sugiera, la visión global
que se da del texto es hacer hincapié en la “plurivisión” existente de la
realidad, como resultado de la enorme
cantidad de pensamientos que hay como humanos en el mundo. Es decir, es
correctamente esperable que las reacciones y asociaciones ante lo cotidiano
varíen dependiendo de la persona en la cual estén acaeciendo. Sin ir más lejos
de lo anterior, es necesario sentar bases para el íntegro entendimiento de las
aristas de la ética: primero que todo, es justo hacer una clara diferencia
entre los animales y los seres humanos. El sesgo principal será producido por
el “nivel de programación” que viene incorporando inherentemente en cada uno.
Con esto me refiero a que es el ser humano quien puede elegir qué hacer, cómo
hacerlo y por lo tanto, asumir los riesgos de sus elecciones. Una vez entendido
esto, es posible continuar presumiendo que la realidad estará sujeta diferentes
interpretaciones y modificaciones que, de ser congruentes todas, evitarían un
montón de situaciones actuales. Puede sonar complejo de entender en una primera
lectura, pero la finalidad del texto es lograr en el lector la capacidad de
separación de los convencionalismos existentes en la contemporaneidad. Y esto
no es incongruente con la fabricación misma del texto. Por su temática, es
moldeable al contexto del lector al tiempo que cala en lo más hondo de los
debates internos del mismo. Ética para amador es una conexión entre lo que
siempre ha estado presente entre nosotros: el inconsciente irreal invisible. El
enfoque basado en la diferencia, sin dejar de ser justo, integral y respetuoso.
La libertad de pensamiento de la mano de la correcta categorización de lo que
vivimos.
Síntesis del libro
Haciendo
un recorrido por la totalidad del escrito, Savater nos plantea en primera
instancia que la enorme cantidad de personas habitantes de la tierra
dispondrán, individualmente, de una forma de ver la vida. Por lo tanto, será
distinto el enfoque que tendrá cada uno de lo que ocurre frecuentemente y este
será influenciado, obviamente, por su contexto cultural. Este concepto se
mezcla con la “libertad de acción” otorgada por la capacidad de elegir. Para
entender mejor este concepto, hace una analogía entre la misión que realiza una
termita-soldado y lo que hace Héctor, el héroe de La Iliada.
Avanzando
en el texto, el autor nos hará una importante diferenciación entre los
conceptos de órdenes, costumbres y caprichos. A mi entender, se hace esta
diferencia para hacer lograr entender al lector qué es lo que nos motiva a
hacer lo que hacemos, ya sea en nuestro diario vivir o al momento de tomar decisiones más relevantes
o mejor dicho, menos automáticas. El deber nos empuja a realizar cosas por la
motivación de recibir un premio o para evitar un castigo. La costumbre se aloja
en nuestra mecánica diaria, es casi involuntaria. Por último, el capricho tiene
como excusa tus propias motivaciones internas para actuar. Los siguientes
capítulos estarán relacionados con lo anterior en base a que, tener claro esos
“grados de sugerencia”, nos permitirá realizar las acciones y poder “reevaluar”
el criterio de bueno o malo que encontraremos al prestar un poco más de
atención a lo que hacemos. Es decir, solo podremos categorizar como bueno
aquello que nos produce un beneficio o que nos puede llegar a beneficiar y será
“malo”, lo que nos refleja lo contrario. Es importante este punto ya que son
las primeras bases para entender los posteriores cuestionamientos que hace el
autor a lo que es “bueno o malo” y que nos enseñará a juzgar. Para juzgar, es
necesario realizar dos veces el proceso, así tomaremos conciencia de que “estoy
decidiendo”. Tomar dicha conciencia me otorga la posibilidad de dudar si el
solo hecho de que “algo malo” sea un convencionalismo es lo suficientemente
imperante como para considerarlo de tal forma. Adicionalmente, se sienta la
diferencia entre Ética y Moral.
¿Qué
se pretende con lo anterior? Se pretende que el ser humano sea capaz de lograr
lo que el autor nombra como “la buena vida”. Con este concepto se refiere no a
cualquier tipo de “buena vida”, sino la exclusivamente humana, aquella que nace
como fruto de la constante interacción entre todos y que nos vincula de la
misma forma con nuestros semejantes. La satisfacción se corona como uno de los
principales objetivos de la ética bien entendida. Posterior se menciona pasa a
una seguidilla de temas que, a mi parecer, solo sirven para reafirmar los
argumentos anteriores: es necesario que el ser humano se interese por la
adquisición de “bienes” realmente importantes, que las “cosas” seguirán siendo
cosas y no saldrán de su círculo. Es fundamental la “atención” en la verdadera
buena vida. Colateralmente menciona la importancia de la “conciencia” como
diferenciador de los imbéciles y los egoístas, catalogados como los que no
saben lo que persiguen o no tienen fuerzas y los que buscan su propio interés,
respectivamente.
Entrando
en la recta final del escrito, encontramos la importancia del “ponerse en el
lugar del otro”, pero enfocado desde el punto de vista de que la humanidad nos
otorga a todos la posibilidad de ser de tal o tal forma (incluyendo actos
repudiados por la sociedad), a la vez que nos señala la capacidad de
metamorfosis y volver a ser como antes. Es por lo anterior que la libertad no
puede ser empleada por nadie, porque no puede servir, es contradictorio. Solo
se contagia, porque sencillamente es para vivirla. Puede habitar en todos al
igual que el sentido de justicia, y esto se refiere a la capacidad de ver lo
que la gente espera de nosotros. Es indispensable usar el mismo verbo citado
por el autor para evitar confusiones. Es así como, finalmente, Savater nos hace
referencia a dos “complementos” del sentido de buen vivir: el placer y la
política. El primero como un indispensable para el saber vivir bien, fuera de
tapujos y entendido como un acto que puede ser tanto placentero como
procreativo. El segundo aspecto se refiere, en el marco ético, a la búsqueda de
un sistema político que sea “ideal” en la medida que represente a la totalidad
de su subordinación, que asegure el respeto por la dignidad de todos y brinde
las herramientas necesarias para el óptimo desempeño de su pueblo.
Análisis de Perspectiva Individual
Primero
que todo, creo que es sumamente indispensable efectuar mi comentario personal
respecto a lo que generó en mi leer “Ética para Amador”. En cuentas sencillas,
siento que Savater abrió mi visión respecto a la forma en la que puedo seguir
desempeñándome de ahora en adelante. Puede sonar sumamente cliché la forma de
interpretación del texto, pero me gustaría aclarar que la perspectiva de mi
afirmación es aplicable no solo a lo que haré en mi futuro laboral, sino en el
resto de mi vida. Si Savater logra convencer a un lector escéptico que, en
resumidas cuentas, la vida es lo que uno quiera hacer de ella, es asumible la
posibilidad de efectuar grandes cambios en el enfoque. Como dirían otros
autores, habrá un cambio de forma y fondo.
De
lo que plantea el autor, siento que lo más relevante es adquirir o desarrollar
la capacidad de mirar la vida con una visión totalmente autónoma. Esto se
refiere a saber superar convencionalismos que limiten nuestro actuar, sobre
todo si consideramos que estos argumentos vienen heredados de generaciones
anteriores y que, en muchos casos, se encuentran totalmente atemporales con la
realidad actual. Esto no sugiere, para mí, la completa emancipación de lo
comúnmente aceptado, pero si indica una independencia para no adquirir a ciega
todo lo que se nos presenta y encontrar a la vez nuevas posibilidades de
felicidad y todos sus procesos asociados. Para ejemplificar la visión que
adquirí, me gustaría exponer formas distintas para entenderlo. La felicidad no
va de la mano de lo que la gente espera de mí. No me gustaría referirme a
aspectos como que la felicidad se adquiere con riqueza emocional y no sólo
económica, es demasiado cliché para complementar mi argumentación y en cierto grado,
siento que (dicho vulgarmente) “el dinero no hace la felicidad, pero si la
puede complementar”. Sin alejarme de lo anteriormente propuesto, quiero señalar
que mi felicidad está –hace bastante tiempo ya- en mi propia forma de ser.
Puedo ser distinto a lo que mucha gente quiere de mí, pero es sabido que en la
diferencia y la diversidad está la clave. He aprendido a dejar de lado los
patrones típicos de comportamiento y, para alguno, he transgredido límites de
lo “común”. No quiero explanarme con palabras que hagan alusión sólo de mí, pero
a la vez (relacionándolo con los planteamientos de Savater) siento que hay
aspectos que pueden ser muy difíciles de desarrollar para el común de la gente.
Con esto me refiero a la capacidad de sesgo moral que se plantea. Creo que las
sociedades actuales son muy dependientes de sistemas convencionales que, de
cierto grado, otorgan sensación de seguridad y comodidad a sus costumbres. Para
clarificar un poco mi visión, me gustaría referirme a los sistemas políticos
que imperan en el mundo y como estos determinan obligatoriedades que se están
ramificando en la vida de los humanos. El capitalismo es un sistema político
que sustenta su funcionamiento en la posesión de los pilares económicos y
sociales en manos de un grupo determinado y que tiene como finalidad la adquisición de capitales (terrenos,
dineros, bonos, etc.) que sean rentables y que aseguren la permanencia del
mismo sistema. Adicionalmente, este sistema ha generado condiciones
socioeconómicas que disgregan mucho de los anteriores sistemas socioeconómicos
y políticos. El feudalismo, por ejemplo, basaba su mecánica en el pago con
formas de trabajo y en lazos casi sentimentales entre un sirviente y su señor.
Actualmente encontramos a una sociedad sumergida en un mar de comercialismos y
transacciones que alimentan la boca de los peces más grandes del océano humano
y que mantienen a los más pequeños en un círculo de interdependencia que
aparenta ser rentable. Trataré que mi argumentación no se incline a discursos
políticos de tonalidades coloradas, pero es imposible no hacer alusión a temas
como el anterior cuando lo que se pretende es entender el enfermizo
comportamiento de una sociedad que no se atreve a cambiar por no tener un piso
asegurado donde “caer”. No pretendo ser apocalíptico y asegurar el completo
desastre con la adquisición de nuevas formas de pensamiento, pero como dice el
clásico refrán popular: “quién no se moja, no cruza el río”. Para mí, es
necesario que las políticas que abracen las sociedades modernas sean
representativamente universales y que aseguren (tal cual plantea Savater) el
respecto por uno de los derechos humanos más básicos brindados al ser humano
solo por su condición misma: la dignidad. La dignidad se expresa de muchas
formas, pero actualmente solo está siendo denigrada de una: el abuso. El abuso
en todas sus formas de expresión y de todas las formas en que una persona pueda
imaginárselo. Abuso comercial, abuso de imagen, abuso de género, abuso de
recursos, abusos sexuales, abusos políticos, sociales y hasta religiosos. Cómo
no mencionar a las grandes entidades religiosas que, inamoviblemente han
ocupado un puesto casi sagrado de opinión y, más preocupante aun, es el valor
que se la da a la misma, con fervosidad dominical y con un peso que solo era
congruente a la necesidad de contexto cuando el hombre se estaba recién
descubriendo a sí mismo y aun no comprendía la necesidad de un Estado. No me
corresponde mencionar todas las aristas de una crisis generalizada que vive
nuestra sociedad, siento que sería contraproducente de mi parte y para mi
ensayo, siento también que no puedo hacerlo desde mi calidad de participante de
la misma. Solo puedo abstraerme en cierto grado e intentar ver qué es lo
rescatable de lo que nos rodea y relacionarlo con las categorías de “bueno o
malo”. ¿Dónde termina mi libertad y empieza la del otro?, ¿en qué momento puedo
sentirme, efectivamente, en los pies del otro? y ¿cómo puedo asegurar mi
justicia propia sin ser parte del molde que el sistema encaja en mí? Parecen
cuestiones netamente filosóficas que no contienen aparente respuesta. Qué
inútil debe ser pensar en cosas que no aparentan solución, pero el carácter
pasivo y durmiente de las mentes actuales es una de las razones por las cuales
no hay avances hacia nuevos y mejores formas de organizarnos. Con esto me
refiero a que creo en que, en la medida que seamos capaces de pensar no solo en
nosotros mismos y dejemos nuestros intereses de lado podremos comenzar a mirar
hacia al lado y no solo hacia adelante. Eso significa progreso. Progreso es
inclusión e inclusión significa confluir mi propia felicidad con mis más
profundos anhelos, con mis ganas de ser yo mismo y con mi autonomía emocional.
Ahora bien, me es imposible pecar altruista y dedicarme eclesiásticamente al
resto, sino que debo tener claro qué es bueno para el resto al mismo tiempo que
lo es bueno para mí. Creo yo que ese es uno de los objetivos que Savater busca
al momento de proponernos su forma de entender la ética. No creo que su visión
sea totalmente inquisidora y nos obligue a adaptarla y creerla ciegamente, pero
si se entiende que el trasfondo, es posible cambiar el presente y lo que nos
queda.
En
síntesis, creo que la ética es una herramienta que tendrá un ajuste casi
anatómico a la humanidad de quien decida explorarla, que nos encontraremos con
formas distintas y personales de ver un mismo todo, pero que no por eso habrán
aspectos superiores o hegemónicos sobre otros, que todo es transformable y nada
puede dejar de ser humano por ser distinto, incluyendo también -muchas veces-
lo que no es “democráticamente bueno”.
Conclusión
Es
difícil abarcar la totalidad del mensaje que Savater plantea en su escrito. Es
difícil describir todo lo que puede llegar a generar en una persona el absoluto
entendimiento de su mensaje. De hecho, es difícil esperar que una persona pueda
llegar a adquirir en su totalidad todas las sugerencias del autor. Sin embargo,
como todo en la vida, todos los cambios son inherentemente paulatinos, por más
que se adornen radicales. ¿Qué cambios puede hacer, en términos macro, una
persona que solitariamente empieza ver la vida de manera distinta? Puede sonar
una pregunta retórica, sin embargo, su respuesta no se aleja del común de los
contextos a los que puede estar asociada. El cambio será significativo en la
medida en que se vuelva masivo y representativo. Aprender a mirar la vida con
autonomía moral es crear un sistema que nos otorgue más comodidad y conciencia.
Recalco conciencia porque suele pensarse, quizá, que es hacer lo que se me
plazca y cuando se me plazca, pero es así en la medida que haya desarrollado también
mi sentido de responsabilidad y humanidad, de ver lo que es personalmente bueno
y que es independiente del convencionalismo tradicionalista que impera en las
corrientes de influencia. Puede sonar reiterativo o majadero, pero ese creo yo
que es la principal enseñanza que deja Ética para amador: toma cuenta de que
estás decidiendo, elige tu decisión por lo que a ti te plazca hacer, disfruta
de la buena vida, ten justicia, disfruta los placeres de la vida y procura
crear nuevas formas de mirar al resto. Eso es transformación divergente,
transformación real. Cual efecto dominó fuera, la completa aceptación de la
incapacidad que tiene lo “malo” para afectarnos si sencillamente uno lo ve
bueno es una opción que podría pasarnos y que podría abrir la mentalidad a nuevas formas de felicidad.

5.- Catalina Horn:
INTRODUCCIÓN
“Ética para Amador” es
el libro que Fernando Savater escribe para su hijo Amador, con el cual busca
instruirlo principalmente, en cuanto a su
libertad.
A través de la ética,
el escritor pretende enseñarle a guiar su actuar, pero no como un manual sobre
los actos que lo llevan a ser bueno o a no serlo; por el contrario, le explica
el verdadero sentido de ser libre, las consecuencias, los deberes y las
responsabilidades que la libertad le implican, para construir él mismo su forma
de vivir, bajo sus propios parámetros sobre lo que es o no correcto. El
objetivo principal es conseguir ser feliz y “darse la buena vida”, y para darse
la buena vida, no debe más que hacer lo que quiera, pero esto no es tan simple
como parece.
Es un libro que sin
duda nos lleva a reflexionar y nos invita a tomar conciencia sobre el compromiso
que tenemos con nosotros mismos, con el qué hacer con nuestra vida y de qué
forma conseguir eso que queremos hacer.
La moral, según el
mismo autor explica, es el conjunto de comportamientos y normal que solemos
aceptar como válidos y la ética, la reflexión sobré por qué consideramos esos
comportamientos válidos. A continuación, analizaremos el texto en cuestión,
explicando el planteamiento del autor sobre cómo hacerse cargo de darse la
buena vida y compartir eso con la comunidad; así, veremos cómo influye esto
específicamente en el rol del Fonoaudiólogo y de cualquier profesional del área
de la salud, que debe tratar con personas con dificultades comunicativas.
SÍNTESIS
Constantemente
debemos elegir entre lo que es bueno y lo que es malo para cada uno; para eso contamos
con nuestra libertad, que es la posibilidad de elegir nuestra conducta y
nuestras respuestas frente a lo que la vida nos presenta, optar entre dejarse
mandar o tomar otro camino, conscientes de que estamos dejando una cosa, por preferir
otra, es escoger e inventar el camino que andaremos, para vivir conformes,
felices.
Generalmente
actuamos por costumbre, por seguir órdenes o por capricho nuestro, pero eso no
nos excusa, ya que somos nosotros los
que optamos por obedecer una orden, satisfacer nuestro capricho o continuar con
una costumbre. Dejarse influir, ordenar o esclavizar, es elegir que otro elija
por nosotros. Entonces, hay que tomar conciencia sobre el poder que nuestra
libertad convoca; todo lo que hacemos (o no hacemos) conlleva a una
consecuencia, ahí la importancia de ser responsables frente a nuestra libertad.
Se supone que buscamos que los efectos de nuestras decisiones sean favorables,
de modo que es fundamental diferenciar entre lo que se apetece en determinado
momento con lo que realmente queremos construir de nuestra vida, por lo tanto,
ser consecuentes. Necesitamos hacernos responsables, consecuentes, reflexivos y
conscientes de nuestra libertad. Lo contrario sería ser un imbécil, que no
lucha por si mismo, que termina disgustado consigo mismo, frustrado y finalmente,
usando mal su libertad.
Necesitamos ser
egoístas para enfocar nuestros hábitos hacia nuestro beneficio y el esfuerzo es
la forma de conseguirlo. Sin embargo, para llevar una buena vida, hay que
empezar por vivir una vida de ser humano, humanizarse,
tratando al prójimo como un humano también, ya que ésta surge de las relaciones
entre humanos, valga la redundancia. Si se trata al prójimo como cosa, lo
deshumanizamos y a nosotros también, por no respetar la facultad que nos distingue
de las demás especies. Y no se puede privar a nadie de este derecho, ni a los
malos, porque aunque no compartan con nosotros la ética, comparten la esencia
humana.
La sexualidad y la
sensualidad también nos diferencian de
animales y cosas; además de exclusividad, nos llevan a forjar lazos más
estrechos. No debemos avergonzarnos de sentir placer. La vida no es un fin,
sino un medio y ese medio debe ser gozoso, en cada día.
ANÁLISIS
En el libro encontramos
la cita “estamos condenados a la libertad”; esto refiere a que la libertad es
en realidad una obligatoriedad. Lo único certero que tenemos es nuestra vida,
no sabemos qué hubo antes ni qué habrá después, por lo tanto, lo único que vale
la pena es lo que tenemos acá, lo que podemos hacer con la vida que tenemos hoy
y es de cada uno la decisión de vivir conformes con nuestro vivir. Uno puede
optar a llevar una vida solitaria, una vida vacía, una vida sacrificada, etc.
Pero deberíamos procurar estar conscientes de que no se vive dos veces, no hay
posibilidad de volver al ayer, y así, tampoco merece la pena el arrepentirse
por lo vivido.
Los días que tenemos
están contados, no son infinitos y cada uno de ellos nos ofrece algo nuevo, una
particularidad que no se repite después. Por ende, tenemos la responsabilidad
también de aprender (una responsabilidad completamente personal, ya que cada
quien vive su día de una forma única y además, recoge de él lo que su
experiencia, única también, le indica que es más relevante. Este aprendizaje ha
de ser flexible; si las vivencias te indican que una realidad es de una forma,
pero repentinamente se presenta algo que dice que toda esa realidad creída
verdadera por ese tiempo, no lo era, entonces necesitaremos cierta plasticidad
mental que nos permita amoldarnos al presente, porque la vida es constante
cambio y movimiento.
Lo que aprendemos
también, produce en nosotros reflexiones. Además del instinto de supervivencia,
poseemos la capacidad de darnos una vida mejor o peor; instintivamente
incorporamos lo aprendido a nuestro actuar. Y nuestro actuar nos forma hábitos,
que si vemos que nos resultan beneficiosos para nuestra integridad, los
internalizaremos en nuestra moral.
Al final, nuestra moral
se crea de forma recíproca con nuestra conducta, ya que vamos adoptando
distintas actitudes, para poner a prueba las consecuencias. Naturalmente repetiremos
las conductas que nos conllevaran consecuencias positivas y así nuestra moral
se irá formando, pero se requiere también cierta “rigidez”, una plataforma de
virtudes inamovibles, que formen nuestra conducta.
Lo fundamental, es que
cada uno de los actos de nuestro diario vivir, cada decisión es tomada por
nadie más que por nosotros mismos, por lo tanto, se espera que maduremos,
entendiendo que nadie es dueño de nosotros, más que nosotros mismos.
Y como mencionábamos
anteriormente, se supone que queremos, intuitivamente estar conformes con
nuestra vida y el primer paso para sentirnos a gusto, es sentirnos como lo que
somos: humanos. En cada una de nuestras respuestas hacia el prójimo le estamos
ofreciendo una vinculación (aun cuando nuestra respuesta sea de rechazo) que
influye a ambas partes. Muchas veces podemos entregar amor y recibir
indiferencia, o al revés, pero siempre todos reciben algo. La experiencia y el
aprendizaje nos guiarán para lograr esa contestación deseada; pero es muy probable
que si uno presta atención, interés a alguien, obtenga lo mismo de vuelta.
Y como especie humana,
necesitamos el contacto más personas y la facultad del lenguaje nos permite
hacerlo de una forma especial, en comparación con otras vidas que habitan la Tierra;
cuando esta facultad se ve afectada, ya sea por una complicación física o
simplemente cuestión de “trato”, se ve afectada también nuestra humanidad,
nuestra integridad, lo que factiblemente nos lleve a agredir la integridad de
otros. Todo está en conexión, si evaluamos que al verse perjudicar un
individuo, este dañará a otro, hasta que esa cadena conmoverá a todos.
Así como responsables
de nuestras decisiones y sus consecuencias, también somos influyentes
importantes para quienes interactúan con nosotros, ya que de cada relación,
ambos aprenden algo, algo que guiará el actual del otro, por lo tanto somos
participes de la humanización del mundo y la humanidad es participe de nuestra
humanización.
Vivimos en constantes
interacciones y se supone que intentamos conseguir con estas un beneficio para
nosotros, entregando a algo a cambio, pero ¿En las relaciones de terapia, lo
que el paciente entrega al profesional a cambio no es más que la gratificación
de un trabajo bien cumplido? ¿Qué pasa cuando no se puede cumplir con el
objetivo teórico propuesto por el equipo de trabajo? La terapia no consiste en
eso, es ahí donde se diferencia de las labores técnicas o matemáticos; la
recompensa recíproca no se obtiene en cuanto a resultados teóricos, sino a
gratificaciones personales del paciente.
Cuando el tratante se
focaliza en los resultados cuánticos, llega a dejar de lado el primer punto a
resolver para la persona en tratamiento -su integridad humana-, por el vicio de
resolver la mayor cantidad de problemas posibles. Así, se deshumaniza en mayor
medida.
CONCLUSIÓN
Como
futuros profesionales del área de la salud, nos enfrentaremos a personas en
diversas condiciones, que pueden tener involucrada su aptitud de comunicación;
lo importante es reconocer que todo ser humano quiere comunicarse, de la forma
que sea, es esencial que compartamos con el mundo algo de nosotros. Entonces,
aun cuando se dice que trabajamos las deficiencias en la comunicación, en
realidad lo que debemos resolver es la imposibilidad de expresar la
comunicación que ya por si, existe en todo ser humano.
El decidir trabajar
para ayudar a otro, parte por una motivación intrínseca que nos dice que ayudar
a otro nos hará sentir mejor a nosotros mismos, pero en realidad al trabajar
con otro humano, no se puede pensar en nuestra satisfacción en cuanto a la
mejoría que tendrá el paciente. No podemos pretender sentirnos más conformes
por un noventa por ciento de avance de la persona, que si avanza solo un veinte
por ciento. Es difícil desligarse de esa mentalidad de que el paciente necesita
avanzar, porque en el fondo la esencia
de la humanización es la comunicación. La comunicación que se da de muchas
formas distintas al habla, basta con prestar atención a la mirada… Obviamente
cada especialista cumple una función y tiene un objetivo, que no debe dejarse
de lado ni desvalorizarse (la mejoría del paciente), pero antes de cualquier
intervención terapéutica, debe tenerse en cuenta que lo más importante es hacer
humanidad, para velar por el bienestar de nuestros pacientes y de quienes nos
rodean.
6.- Catalina Villalón:

Introducción
A
continuación se realizará la revisión del libro “Ética para Amador” que es un
ensayo realizado por Fernando Savater y está dirigido según al texto al hijo de
la persona que relata. El libro esta seccionado en nueve capítulos que compartirán la visión del autor respecto a
conceptos generales de ética, se presenta de manera sencilla, aunque los temas
de por sí sean complejos, siendo un texto ameno y entendible para la mayoría de
las personas que lo quisieran leer.
El
texto busca no ser un manual de moral, ni mucho menos ser un manual que diga
cómo se tiene que vivir la vida. Solamente a partir de un gran número de
ejemplificaciones, historias y vivencias intenta entregar conceptos básicos de
cómo filosófica y narrativamente se plantea la ética.
El
autor pretende mostrar a su hijo en que se basa el arte de vivir una buena
vida, de cómo el elegir bien y o el elegir mal te van determinando y
construyendo como persona. Pero en sí el libro,
solo es un acercamiento ya que en ningún momento se dan pasos puntuales
que lo que debe hacer una persona. Todo es un acercamiento hacia los criterios
de lo que el autor estima como el buen vivir, dotando de herramientas éticas al
lector y llevándolo a reflexionar sobre cómo el hacerse responsable de las
elecciones se vuelve crucial para ser conscientes en la vida.
Primeramente
en una plana se presentará un resumen de los 9 capítulos, que sintetizarán las
ideas principales de cada uno. Seguido de esto se realizará un análisis general
y puntual del texto, con el fin de esclarecer algunas ideas planteadas por el
autor, además de integrar y relacionar la práctica fonoaudiológica comprendida
bajo el marco de la ética profesional. Finalmente se desplegará un resumen que
identifique las ideas más importantes que expuso el autor, junto con la
relación que presenta el haber conocido este libro en pro de la práctica
fonoaudiológica.
Resumen
En
el capítulo “DE QUÉ VA LA ÉTICA” nos plantea que el hombre es un ser libre, que
no puede elegir lo que le pasa, pero si elegir que hacer frente a lo que le
pasa. Sus elecciones estarán determinadas por los oportunidades que se presenten
y por lo que considera conveniente o inconveniente. Se plantea que el saber
vivir es lo que se llama ética.
En
el capítulo II y III, habla de cómo muchas veces se elige actuar, en base a
órdenes, costumbres y caprichos, llevando nuestra conducta en una dirección y
determinando nuestras preferencias. Si bien la libertad se relaciona con elegir, también tiene que ver con darse cuenta de lo
que uno está eligiendo. Para poder reflexionar y cuestionar lo que es bueno
para uno mismo (ética), el autor plantea que es recomendable alejarse de las
órdenes y las costumbres.
Se
quiera o no se es libre, se quiera o no se tiene que querer algo, ya sea
tomando una decisión o rechazándola. Entendiendo que se vive bajo una realidad
cultural, en donde el ser humano se relaciona con otros, es que en el capítulo
IV y V Savater apunta a optar por una “buena vida humana”, la cual difícilmente
se puede alcanzar si no es en base a dar una buena vida también. Para esto es fundamental tratar a
las cosas como a cosas y a los seres humanos como humanos. Ideas como
comprender de qué va la vida y que puede hacerla “buena”, permite enfatizar y
reflexionar sobre el porqué se opta a una y no otra, labor que le
correspondería a la ética.
Ser
un “egoísta consecuente”, es decir, una persona que sabe de verdad lo que le
conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo, es totalmente contrario
a ser “moralmente imbécil”. Lo primero habla de personas conscientes y
responsables de sus actos, que entienden que estos los construyen y los
definen, mientras que el segundo no sabe que quiere, ni mucho menos cómo lo
quiere.
Los
hombres coinciden en un punto y es que son humanos, el hecho de poder relacionarse los “humaniza” y los hace
semejantes. Sin un trato de humanidad, difícilmente el hombre puede optar a una
“buena vida”. El tratar al otro como persona según el autor tiene que ver con
ponerse en el lugar del otro, adoptar por un momento su propio punto de vista,
así se refleja el derecho que tiene todo hombre al valor de la justicia, es
decir a la habilidad y al esfuerzo que debe hacer cada uno por entender lo que nuestros semejantes
esperan de uno.
En
el penúltimo capítulo habla de cómo vivir una buena vida está relacionada con
el uso de los placeres. Savater dice que lo máximo que se puede obtener de lo
que sea es la alegría, si bien la mayoría de las veces se relaciona el placer del sexo con la inmoralidad, el
autor propone que el placer es estupendo y deseable cuando se es puesto al
servicio de la alegría, entendiéndose esto como templanza. Por el contrario las
personas que se entregan a un placer culpable, lo único que obtienen es castigo. El uso del placer va en
pro de enriquecer la vida, el abuso en cambio en empobrecerla.
Para
finalizar se presenta la relación entre ética y política, en donde la primera
es el arte de elegir lo que más nos conviene y vivir lo mejor posible, pero
desde un punto individual; la segunda tiene como objetivo organizar lo mejor
posible la convivencia social, de modo que cada cual pueda elegir lo que le
conviene. El autor plantea que hay exigencias políticas que ninguna persona que
quiera vivir bien puede dejar pasar por alto. Estas especificaciones serán
extendidas en el análisis de este trabajo.
Análisis
Partiendo
con lo que propone Savater se puede entender que de cierta manera las personas
están restringidas a las oportunidades que se les presentan y en cómo estas se
eligen en base a lo que se encuentra conveniente o no. Ejemplificando: se debe
elegir entre ir a clases de psicología social o dormir hasta tarde en casa. La
libertad en este caso se basaría en
tomar la decisión de presentarse a la clase o no. Ahora si se informa que la
clase será de carácter obligatorio, la posibilidad de faltar disminuye radicalmente,
pero frente a ningún caso se pierde la
libertad de elegir. Este acto que pareciese tan sencillo a simple vista, trae
bajo la manga la obligación de tener que responsabilizase de las cosas que se
eligen. Quizás en la elección de ir a
clases es bastante sencilla, pero cuando se trata de elecciones del ámbito
laboral cambia un poco la cosa, ya que como profesional de la salud se debe velar
por el bienestar de otras personas que tienen la misma libertad que uno, y más aún se
debe ser consciente que parte de las elecciones que se tomen, podrían construir
realidades y oportunidades para otros. He aquí la gran importancia de
desarrollar en los estudiantes de fonoaudiología un carácter crítico, en donde
el cuestionarse y responsabilizarse
formen partes de las herramientas que mejor manejen.
El
hecho de actuar bajo órdenes, costumbres y caprichos, queda totalmente
descartado cuando se trata de realizar un trabajo profesional o por lo menos
así debería ser. Primeramente porque la formación que se da a cada estudiante, y
el conocimiento especializado que adquieren, les permite justamente desmarcarse
de estas posibilidades, y actuar más bien bajo una estricta mirada ética, que
permita evaluar las diferentes oportunidades que se presentan para poder ayudar
al paciente, y no así optar por lo que siempre se ha hecho, o por lo que otros
puedan ordenar. Ser fonoaudiólogo es un llamado a ir reinventándose para poder
dar calidad y dignidad a los pacientes. Otra razón por la que no sirve actuar
bajo estos parámetros es porque al poder ejercer libremente una profesión
implica el responsabilizarse de las elecciones que se toman, y entender que no
funciona como argumento el culpar a
otros.
Dado
lo anterior es que resalta la gran
importancia que juega la ética, respecto al reflexionar sobre lo que hace
sentido en cada persona.
Es destacable lo que plantea el autor cuando
dice que no se puede optar por una buena vida, sin antes darla. La relación de
terapeuta-paciente tiene mucho que ver con esto, pero no estrictamente con el hecho de dar algo por
el otro, sino al hecho de creer, ya que si por ejemplo se quiere realizar una
terapia se necesita tanto de un paciente que crea en la propuesta de su
terapeuta, como de un terapeuta que crea en las capacidades de su paciente, lo
que se traduce finalmente en dar confianza.
El
trabajar con alguien y no con algo, implica o debería implicar automáticamente
la asignación de un derecho fundamental, que es el derecho a ser tratado como
persona, por ejemplo ser escuchado, ser atendido con respeto, acceder a una atención
de calidad, oportuna y profesional. A veces se pasa por alto este punto, pero
el simple hecho de tratar a los demás por lo que son, permite poder ser tratado de la misma manera.
El acto de humanizarse se vuelve revelador cuando lo que se busca es establecer
algún tipo de relación, sin él difícilmente existiría una entrega real, ya que de cierta manera lo que permite es dejar en un
punto igualitario a las personas, manteniendo y respetando las diferencias que
podrían existir.
El
optar a una “buena vida” como lo llama
el autor, no se logra si no existe un trato de humanidad. Pero ¿en qué casos
específicos se presenta la humanidad?, ¿Cuándo el fonoaudiólogo no discrimina a
sus pacientes por raza, color o sexo?, ¿cuándo se da cuenta que como
profesional no es apto para atender a un paciente y lo deriva?, ¿cuándo respeta la opinión de sus pares?, o ¿cuándo
acepta el derecho del paciente a elegir
por quién quiere ser atendido? Francamente pienso que cada uno amerita un grado
de humanización por parte del profesional. En el fondo se trata de lograr
ponerse en el lugar del otro pero de una manera justa, intentando entender sus
razones y su actuar. Esto no quiere
decir que se acepta por sentado todo lo que el otro decida, pero si habla de la
consideración que hay frente a la opinión ajena.
Pero
¿se podrá valorar las elecciones del otro cuando no se tienen claras las de
uno? es importante mantener un objetivo que responda a las necesidades de cada
cual y no a la de los demás, no por el hecho de creer que el de los demás no es
suficiente o se basan en un objetivo errado, sino porque es esencial conocer
los propios objetivos ya que estos definen hacia donde se quiere avanzar. El
solo hecho de saber qué se quiere y cómo
se quiere, permite seleccionar un par de posibilidades para alcanzar un
objetivo, pero a la vez permite discriminar otras. Ejemplificando el asunto se
tiene:
El
placer cuando es puesto a favor de la alegría, no solo es un “buen placer” sino
que se diferencia radicalmente de los placeres por caprichos o de los placeres
culpables que trabajan al margen del castigo. El placer en sí permite optar a
una sensación positiva o agradable, que en su forma natural busca
satisfacer una necesidad. En la relación de terapeuta- paciente creo que es
importante tener el placer de ayudar al
otro en el caso del terapeuta y en el caso del paciente, tener el placer de
ayudarse así mismo.
Ya se mencionó anteriormente que la ética se relaciona al arte de saber
elegir lo que más nos conviene, pero entendiendo al hombre como un ser social,
alguien debe hacerse cargo de resguardar las conveniencias sociales, es por esta razón
que existe la política.
Hay
exigencias políticas que ninguna persona que quiera vivir bien puede dejar de
tener. Para la fonoaudiología es de suma importancia la existencia de la
política, ya que esta permitirá regularizar las prácticas que se llevan a cabo
en el área de la salud. La política debe actuar bajo el rigor de lo que se
conoce por justicia y no puede existir régimen político que no pretenda
fomentarla. El fonoaudiólogo hace justicia a diario, trabajando en las
discapacidades de sus pacientes, relacionándose
con el principio básico de la buena vida, que es el de tratar al otro como
persona.
Es
así como en síntesis se logra ver que la ética permite alcanzar por medio de la
reflexión lo que más nos conviene, y además nos permite visualizar su carácter
individual, carácter que puede ser
expresado de una manera universal y puede reconocerse como moral.
Conclusiones
El
derecho universal que tienen las personas es el ser tratado como seres humanos,
con lo leído en el texto se identificó claramente la importancia para el hombre
el sentirse humanizado. El no estarlo hace que exista una pérdida de sentido en la
vida, lo cual no es menor, ya que se
puede concluir que si no hay motivación por la cual avanzar, difícilmente se
puede optar por vivir bien.
Es
así que en el marco de tomar buenas decisiones se debe asumir el deber de la
responsabilidad, que permitirá en muchos casos hacernos conscientes de lo que
se está construyendo.
La
ética por lo tanto a modo de conclusión viene siendo un regulador de las decisiones que se eligen,
haciendo reflexionar sobre cuán beneficioso puede resultar una elección. El
beneficio muchas veces viene hacer el argumento justiciero de porque se elige
una cosa y no otra.
La
justicia por otra parte le dará al ser humano la capacidad de ser empático con
el otro, manteniendo sus propias
perspectivas, pero permitiendo mirar en las del lado.
No
es malo usar los placeres en pro de la felicidad, pero si lo es abusar de
ellos. Por eso se debe evaluar la presencia de estos y erradicarlos cuando no
sean ventajosos.
En
margen a la fonoaudiología, el solo hecho de tratar con pacientes, hace que se
esté en la obligación de entregar una atención de calidad por los parámetros
recién mencionado. Desde el niño que llega con algún trastorno, hasta el abuelito
que vive sus últimos días, requieren que se les trate de manera igualitaria, es
decir, como personas.
En
el marco de la regulación la política se presentó como una herramienta
necesaria para mantener las conveniencias sociales. Por lo tanto es clave entender
que como fonoaudiólogos se tendrá que trabajar en pro a que existan políticas
que favorezcan la humanización como principio universal de todo ser humano.