jueves, 18 de julio de 2013

Ensayo de Bioética: Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).




Ensayo de Bioética: SIDA

El S.I.D.A o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es un estado patológico ocasionado por el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), el cual ataca el sistema inmunitario del organismo, dejándolo completamente vulnerable frente a una gran cantidad de infecciones y cánceres potencialmente letales.  Esta situación es una problemática recurrente en lo que respecta al trato intrahospitalario protagonizado por los profesionales de la salud y los pacientes. A nuestro juicio, es éticamente incorrecto juzgar a una persona por su condición actual y, peor aún, privarla de determinados procedimientos clínicos por lo que podría ocasionar en un futuro, tanto en su desarrollo personal relacionado con la enfermedad como en la relación con su entorno y su familia. En lo que respecta a los Constructos del Cuidar, la confidencialidad es uno de los principios más relevantes y de los primeros en aparecer en el dilema ético que se produce al aparecer este contexto. El médico tratante debe comprometerse a mantener en absoluta confidencialidad la información relacionada con el diagnóstico clínico, manteniendo una relación de confianza entre ambos, evitando transmitir esa información a cualquier persona. La competencia del médico es sumamente importante, ya que es el quién debe poseer todas las habilidades necesarias para un adecuado trato situacional, no solo en lo que respecta a los procedimientos clínicos, sino también al establecimiento de una adecuada relación con su paciente. La competencia se relaciona directamente con los principios bioéticos de no maleficencia y beneficencia, ya que el médico debe procurar siempre no dañar al paciente, en términos físicos y principalmente psicológicos, que es lo más afectado en esta situación. La finalidad exclusiva del médico debe ser mejorar la calidad de vida de su paciente, ya que esto es uno de los grandes aspectos que se deteriora con el SIDA.
La autonomía del paciente será un determinante clave en el proceso hospitalario, ya que la voluntad y decisión de la persona afectada siempre debe primar, antes que cualquier tipo de procedimiento. Haciendo una analogía con el cáncer, los pacientes que padecen esa enfermedad pueden elegir entre someterse a quimioterapia o mantener una calidad de vida mejor, viviendo menos tiempo, en teoría. Vale decir que en el caso del SIDA es la misma situación: debe ser el paciente quien elija cómo proceder con su enfermedad. La justicia también debe primar, ya que todo paciente tiene derecho a acceder a todos los procedimientos clínicos necesarios para mejorar su calidad de vida y, en lo posible, sanarse.

Sin embargo,  los constructos más importantes, a nuestro juicio, son la consciencia y la compasión, ya que si se tiene conocimiento del estado físico y psicológico del paciente, se podrá tomar la adecuada responsabilidad respecto a las acciones que se llevarán a cabo en pro del mejoramiento del paciente. 


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